En la visita al terreno, Siza realiza un diseño espontáneo que, para su sorpresa, satisface a la familia y finalmente se lleva a cabo.
Con el, el arquitecto solventa los problemas del análisis anterior. Para ello elimina una de las esquinas de un cubo perfecto, dando la impresión de que en este, se había colocado una bomba.

De esta forma cumple la normativa de la zona, pues la vivienda parte de la forma geométrica del cubo, pero sin mostrar ningún síntoma de moderación o contención, sino que consigue mostrar una alteración en la manzana.
“Un cubo puede ser perfecto como cubo, pero no lo es si es una casa.”
La “explosión” de la bomba genera un patio-jardín en una de las esquinas de la casa, solventando así uno de los condicionantes más complejos, la imposición de un patio por parte de la familia.

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